Formar parte de una cooperativa de transporte de mercancías es una de las decisiones más beneficiosas que un conductor de camiones puede tomar. Principalmente, porque puede trabajar continuamente y con ello permitirse un incremento progresivo de su calidad de vida.
Pero como en todo, los oficios generan gastos, y esos gastos deben cubrirse con la propia realización de los oficios, quedando los excedentes de estos ejercicios como la ganancia de los transportistas. Hoy, hablaremos sobre esos gastos comunes.
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Combustible
Mucho se ha escrito recientemente de cómo el gasto de combustible incide en el oficio del transportista de mercancías por carretera. Y aunque se trate de quitar importancia a este reclamo, lo cierto del caso es que sí, evidentemente, el combustible es el gasto más representativo del transporte de mercancías.
Desde luego, cada empresa tendrá sus maneras. Las cooperativas, o en este caso GEVECOOP, permite ahorrarse y controlar mejor estos gastos gracias a las tarjetas de combustible y otras medidas. De cualquier manera, el porcentaje con respecto a lo que se factura suele estar entre el 25 y el 30%, lo que es muy importante y aún más si hay retornos vacíos.
Deducciones propias del trabajo
Una de las ventajas de ser socio de una cooperativa es que sólo hay que dedicarse a lo que nos gusta: conducir por las rutas llevando las mercancías. Del resto, se ocupan los socios de los departamentos correspondientes.
Pero, por supuesto, hay algunas cosas que no cambian. Las deducciones, por ejemplo. Todos los socios de una cooperativa de transporte deben estar dados de alta ante la Seguridad Social, tienen derecho a las prestaciones por desempleo, enfermedades y demás, y eso representa un gasto que se deduce de las facturaciones mensuales de ese socio de cara a los servicios prestados a través de la cooperativa.
Porcentualmente, pudiera afirmarse que equivale al menos a un 10% del monto bruto facturado.
Alquiler del camión o tractora
En similar porcentaje con respecto a las deducciones a la Seguridad Social se encuentra el alquiler de los camiones para el trabajo, en caso de que no se cuente con uno propio. Si se cuenta con uno propio se tiene la ventaja de que cada mes, de lo trabajado, se tendrá aproximadamente un 10% más de ganancia, pero por supuesto que hay que considerar los beneficios y las contras.
El alquiler del camión brinda algunos beneficios como que sólo se debe ocupar de conducirlo, porque del resto se hace cargo la cooperativa. La desventaja es que el camión nunca será de la propiedad del conductor, a menos que posteriormente se ejerza la condición a compra, si aplicara.
Separación de otros gastos
Los anteriores representan los gastos más importantes derivados del propio trabajo del transportista de mercancías por carretera. No es muy diferente si se prestaran estos servicios en empresas, aunque determinantemente las ganancias sí serían menores. O como suele decirse: el resultado de la liquidación mensual. Es algo que tenemos a favor las cooperativas.
Pues, lo cierto del caso es que hay otros gastos menores que también deben asumirse, aunque algunos los cubrirá posteriormente la cooperativa, como viáticos o de cualquier otra manera.
Peajes en autopistas
Que sí, que es un coste que se debe luego asumir por parte de los cargadores, pero mientras se pagan las facturas por parte de los clientes, es un coste que debe asumir el propio transportista durante la ruta, o también, la cooperativa si se ha realizado la labor de planificación de la ruta para optimizar tiempos de entrega y esas cosas.
Aunque algunas autopistas han pasado recientemente a ser gratuitas, no deja de ser un coste importante, sobre todo en algunos destinos importantes en España.
Prima de seguros
Lo usual es que las cooperativas asuman este coste de manera directa, pero no siempre es así, sino que los socios deberán realizar los aportes para la prima de los seguros de cargas, del propio camión (más si es de su propiedad) y, claro está, para el pago, aunque muchos de estos gastos pueden contemplarse dentro de las facturaciones.
Conclusiones
Nadie duda de que el oficio del transportista, independientemente de los modos, es rentable. Pero por supuesto que tiene sus gastos para la realización correcta, y si se quiere, los gastos para que cada vez los transportistas puedan realizar su trabajo de la manera más cómoda, segura y estable de cara a su propio futuro profesional.
Contemplar estos gastos evitará confusiones o problemas en las estimaciones de ganancias.