Reconocidas por su etiquetado, por su peligrosidad evidente, y por ser cada vez más parte importante del trabajo del transportista, las mercancías peligrosas suponen un elemento que no puede ser obviado.
Son sustancias, productos, artículos, cuyo simple transporte o tenencia representa un riesgo, tanto para la salud y la seguridad de los que están cerca, como para la propiedad, el medio ambiente y el medio de transporte utilizado.
¿Quién las determina?
Se determinan así de acuerdo a una evaluación de criterios de riesgo, que de forma primaria la realiza el Subcomité de Expertos en las Naciones Unidas en Transporte de Mercaderías Peligrosas, un organismo perteneciente a la ONU.
No obstante, el término “mercancías peligrosas” tiene una utilización constante en el sector del transporte, porque es allí donde la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), que a fin de cuentas es un estandarte sobre las leyes y directrices para otros organismos de transporte (no sólo el aéreo) quien las toma y las clasifica, de acuerdo a las instrucciones técnicas de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Por supuesto, para operar en España con mercancías peligrosas se deben aprobar todas las directrices y evaluaciones de riesgos pertinentes, cosa que en el caso particular de GEVECOOP tenemos.
¿Cuáles son las mercancías peligrosas?
Como se decía antes, no existe un único tipo de mercancía peligrosa.De hecho, son nueve y se les denomina clases.
Clase 1: Explosivos
Son materiales o productos que tras una reacción química o a una velocidad en particular pueden tener reacciones explosivas. En este caso, los más comunes son los fuegos artificiales, las municiones, detonadores o mechas.
Clase 2: Gases
Se dividen en otras clases, pero hace referencia a los gases comprimidos, licuados o disueltos a una presión superior a 3 bares. Allí se les considera peligros dependiendo de su son asfixiantes, comburentes, inflamables o tóxicos.
Los más comunes son el butano, etano, propileno, oxígeno, helio, nitrógeno líquido o el cloro.
Clase 3: Líquidos inflamables
Como su nombre lo indica, son líquidos que a una temperatura de inflamación de al menos 38 grados, pueden causar explosiones o incendios. La gasolina y los barnices son los más conocidos.
Clase 4: Sólidos inflamables
Son sólidos que pueden causar incendios por fricción, por aumento de temperatura de transporte o que de por sí son inflamables. Algunos metales pesados o aminas, pero también el carbón o las virutas de metales ferrosos entran en esta descripción.
También están en esta categoría los sólidos que no son inflamables, a menos que entren en contacto con el agua, cuya reacción desprende líquidos inflamables. El sodio, el potasio y el carburo son los más transportados.
Clase 5: Sustancias oxidantes
También llamados comburentes. Son elementos líquidos o sólidos que desprenden oxígeno y que por ello pueden acrecentar los riesgos de incendio.
Aunque siempre se menciona al nitrato amónico, por su complejidad; otros elementos sencillos como el harina, los aceites comestibles o minerales, pero también el azúcar, pueden ser comburentes si las condiciones para su transporte no son las adecuadas.
Clase 6: Sustancias tóxicas e infecciosas
Desde material de laboratorios y hospitales hasta sustancias peligrosas en industrias como la agroquímica pueden entrar en la Clase 6 de las mercancías peligrosas.
El metanol y el cloruro de metileno, por su utilización en la industria y su sencillez de fabricación, son los más conocidos entre los tóxicos, que pueden causar muerte por inhalación o absorción cutánea.
Entre tanto, los agentes patógenos y microorganismos, además de productos biológicos o secreciones de pacientes, están entre las sustancias infecciosas.
Clase 7: Material radioactivo
Son reconocidos por utilizar un embalaje especial y en el caso de ser altamente tóxicos o fisionables, llevar el etiquetado UN correspondiente.
El Uranio, el Plutonio, el Torio y cualquier aleación o combinación de radionucleidos presentes en minerales o en concentrados, pueden ser etiquetados de esta manera.
Clase 8: Corrosivos
Son sustancias que por su poder químico o físico al entrar en contacto con las mucosas pueden tener efectos letales. Pueden afectar también a otras mercancías, por lo que suelen transportarse de forma separada o en embalajes especiales.
El ácido sulfúrico y el hipoclorito sódico son los productos corrosivos más comunes en el sector del transporte de mercancías.
Clase 9: Otras sustancias y artículos peligrosos
Atendiendo a la definición de las mercancías peligrosas, y atendiendo a los productos que no están en las clases anteriores, muchos productos o mercancías que representan algún tipo de peligro pero no necesariamente entran en las otras clases, suelen ser etiquetados con la clase 9.
Las baterías o pilas de litio, por ejemplo, deben etiquetarse de esta manera. El hielo seco, por su liberación de CO2, también debe etiquetarse como mercancía peligrosa.