Al momento de buscar trabajo en el sector del transporte de mercancías muchos factores intervienen. Lo ideal es tener el tiempo para planificar y tomar la mejor decisión, sobre todo cuando se piensa en las cooperativas del sector como una oportunidad de crecimiento.
Y es que, cuando hay poco margen para decidir, la posibilidad de acabar en una cooperativa que no guarde relación con las características positivas y asociadas a la excelencia en el sector, que sea poco competitiva o que directamente no ponga a los socios en el centro de todos los servicios que presta.
Para evitar eso, lo mejor es saber diferenciar, por un lado, las cuestiones que definen a las mejores cooperativas de transporte de mercancías, que ya hemos desarrollado en otra sección asociada a esta guía. Y también, por supuesto, saber diferenciar e identificar las características que tienen aquellas que no son para nada competitivas, y que de terminar trabajando allí, los beneficios brillarían por su ausencia.
La verdad de todo es que para empezar, bastará con:
- Sentido común: hay que sospechar. Aunque suene mal, hay que hacerlo. El sector ha sido castigado por la labor de muchas falsas cooperativas, que ha permitido que se produzcan muchos delitos fiscales y una denominada nueva esclavitud en lo que al trato con los transportistas se refiere. Sospechar, que prevalezca el sentido común, es la mejor forma de determinar las mejores opciones.
- Consultar a trabajadores del sector: ser transportista es mucho más sencillo si ya se conocen personas que trabajen en ello. Y cuando de cooperativas se trata, si alguno de los transportistas que se conocen (incluso, los foros pueden servir para eso) trabaja en este tipo de organizaciones, consultar sobre las posibilidades es el mejor punto de partida.
- Contactar directamente y pedir información: pedir toda la información posible a las cooperativas es un deber de los interesados en formar parte de ellas. Si es posible, acudir a las organizaciones federativas o que aglutinan al sector también puede ser una buena recomendación.
- No cerrarse a posibilidades: no necesariamente la cooperativa ideal para su experiencia, interés o perfil estará en la misma ciudad. Hay que abrirse a toda posibilidad y, a fin de cuentas, siempre se va a tener que viajar, por lo que las oportunidades pueden estar al otro lado del país.
Una vez sabidas esas recomendaciones, es hora de reconocer aquellas cosas que deben hacerte dudar de una cooperativa inmediatamente, para que nunca entres en alguna de ese tipo.
Malas opiniones
A pesar de que la cantidad de cooperativas de transporte de mercancías en España es grande y sobre todo, creciente, encontrar información y opiniones no es tan sencillo como cabría. Esa es la razón, o al menos así lo fue hasta hace poco tiempo, de que muchas cooperativas funcionen pero pocos (salvo conocedores del sector) las conozcan a cabalidad.
De manera que hacerse una idea de las opiniones que se tienen sobre determinadas organizaciones cooperativas no sea lo más sencillo del mundo, y en el peor de los casos, muchos socios ingresan a las cooperativas de transporte de mercancías totalmente a ciegas, para luego tener (o no) los beneficios y el desarrollo que esperaban al trabajar en este competitivo sector.
Por eso, en primer lugar, es mejor buscar aquellas cooperativas que tienen perfiles en redes sociales, que están debidamente registradas, que tienen una página web o un servicio con el que puedas contactar directamente. Si no, será más difícil recabar opiniones.
Luego de eso, es posible preguntar en el sector, sobre todo haciendo hincapié en algunos factores:
- Ingreso de socios: algunas cobran por el ingreso, por alquilar el camión y por gestión mensual. Eso, de plano, no es una cooperativa. Preguntar a los socios o directamente a la cooperativa servirá para hacer una idea de qué esperar más adelante.
- Relación de trabajo: la agrupación de falsos autónomos en torno a una cooperativa propietaria de tarjetas de transportes es una de las relaciones de trabajo más discutidas por las organizaciones del sector del transporte de mercancías. Los socios deben ser participantes de la cooperativa y devengar de acuerdo a su participación, no pudiendo existir una relación de proveedor-cliente entre la organización y los transportistas.
- Opinión de usuarios y socios: aunque no será sencillo encontrar estas opiniones, el gremio de transportistas es muy unido por naturaleza. Por eso, investigar, preguntar, “salir a la calle”, es una forma de dar con la opinión sobre cómo funcionan diversas cooperativas. Después de todo, la decisión que se piensa tomar puede llegar a ser muy costosa si se hace de mala manera.
Servicio ineficiente
Desde siempre, las cooperativas de transporte de mercancías tienen algunas particularidades desde el punto de vista de la prestación de sus servicios:
- Tienen una cuota de mercado más pequeña que el resto de las empresas y plataformas que operan en el sector, por lo que sus clientes suelen ser más estables a largo plazo y sus servicios deben ser llevados a cabo con excelencia para mantener y aumentar progresivamente esa cuota.
- Tienen mejores ganancias para los socios que trabajan a tiempo completo con ellas, porque los servicios suelen tener las características detalladas recientemente.
Por eso, una forma de reconocer si el servicio es eficiente es mirando las estadísticas sobre la facturación o la valoración periódica de esta clase de sociedades mercantiles. Pero, por supuesto, también puede ser útil verificar cómo es el funcionamiento desde el punto de vista de los clientes (algunos volcarán sus opiniones o calificaciones en sitios de acceso público), mientras que los transportistas tendrán también sus propias opiniones.
Exceptuando la forma que se utilice para determinar la eficiencia en la prestación de servicios de una cooperativa de transporte de mercancías, lo indispensable es no formar parte de este tipo de sociedades, porque lo más probable es que cada vez salga menos a cuenta la decisión que se ha tomado.
En todo caso, lo mejor es apostar por aquellas que se han especializado en un sector, que son dinámicas y muy bien organizadas, y que su potencial de acrecentar consecuentemente su cuota de mercado sea mucho mayor. GEVECOOP, por supuesto, es un buen ejemplo de este tipo de cooperativas.
El fenómeno de las falsas cooperativas
Si bien son multadas, perseguidas por las autoridades y todas las sociedades y empresas del sector del transporte de mercancías reconoce exactamente el comportamiento de este tipo de cooperativas, para nadie es un secreto que siguen existiendo y que lamentablemente suelen ser las primeras en ofrecer oportunidades laborales a los que tienen un camión y quieren sacarle provecho a esa propiedad.
Las falsas cooperativas, resumiendo, utilizan la competencia desleal al operar como empresas privadas desde lo interno pero proyectar una imagen (incluso a fines fiscales) como cooperativas de cara al exterior.
Por eso, son uno de los ejemplos cotidianos del “dumping social”, un fenómeno donde las empresas aprovechan vacíos legales o lagunas de ese tipo para explotar concienzudamente los recursos (en este caso, humanos) valiéndose de algunas consideraciones especiales que sin modificar su escala de precios o tener mayor volumen de clientes, otorguen un mayor margen de ganancia.
No es fácil, si se quiere, clasificar o determinar qué tipo de cooperativas están en estas prácticas, pero las leyes cada vez son más certeras en ese sentido y posiblemente las cooperativas que sigan operando con normalidad sean aquellas que sí se ajusten a la competencia leal de uno de los sectores por naturaleza más competitivos.
Ahora bien, una falsa cooperativa tiene algunas características fácilmente identificables:
- Poseen las tarjetas de transporte y los títulos de transportistas en lugar de los socios.
- Los socios tienen que pagar un alquiler a la cooperativa por concepto de alquiler del vehículo de trabajo, a veces no permitiendo o penalizando la utilización de un camión propio.
- Los socios declaran impuestos como autónomos e incluso facturan con IVA a la cooperativa, en algo que está contemplado como ilegal.
- Los socios deben pagar mensualmente una cuota (anticipada o no) a la cooperativa por concepto de gestiones administrativas, consumos y gastos de mantenimiento del vehículo, lo que en una cooperativa real es parte de la obligación de la organización y nunca de los socios.
- Las tarifas por kilómetro suelen ser inferiores a lo que se estima en el sector, lo que aunado a lo anterior mencionado, dejan poco margen económico a los transportistas, de manera que es por eso que se le denomina como una “esclavitud moderna”.
Para los transportistas o personas que quieren convertirse en uno, trabajar para cooperativas puede ser una excelente manera de llevar a un nuevo nivel su profesión y vocación. Pero hay que hacerlo bien.
En GEVECOOP animamos a que siempre se tomen en cuenta, primero, las características que determinan la legalidad y la calidad de una cooperativa (que ya han sido tocadas en otra página de este sitio), y luego, estas cuestiones que hemos detallado en este apartado, que son señales de que la cooperativa en la que se quiere trabajar no pareciera ser la mejor opción sobre la mesa.