Hablar de requisitos en el sector del transporte casi siempre hace referencia, de forma al menos indirecta, a hablar de dinero. Todos los requisitos tienen un coste y algunos tienen un coste que los hacen prácticamente imposibles de asumir para los que recién comienzan.
En ese sentido, es conveniente hablar de las tarjetas de transporte y, sobre todo, de los registros como profesionales autónomos, y sobre si es indispensable para desarrollar el trabajo de transportista para una cooperativa, en calidad de socio.
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Gastos propios del asociado
Ya en otros contenidos de este blog se ha hablado acerca de los gastos que se derivan de ser socio, entre los que se encuentran:
- Aportaciones: tanto la que se realiza al Capital Social, al ingresar a la cooperativa, como los aportes mensuales, suponen los principales gastos que un socio tiene que asumir.
- Cuota de admisión: un solo pago, también, al comenzar su andadura dentro de la cooperativa.
- Cuotas adicionales: para seguros, comisiones por el uso de servicios, fianzas para multas, y poco más.
Desde luego, hay otros gastos propios del trabajo como pagar los peajes, el combustible si la cooperativa no tiene tarjeta de combustible para sus asociados, entre otras cosas.
Por lo tanto, desde el principio no se hace mucha referencia a los requisitos y sus gastos, que si bien existen y también están tipificados dentro de otras publicaciones de esta página (precisamente, en el apartado de Ser Socios), no se detalla que sea necesario tener ambos requisitos para poder ser socios.
¿Por qué se dice que hay que tener tarjeta de transportes y ser autónomos?
Lo normal es que los socios de una cooperativa de transportes sean, a su vez, trabajadores de esa sociedad mercantil, que prestará los servicios de transporte de mercancías por carretera en calidad de porteador, de manera que los cargadores mantendrán su vinculación de contratos directamente con la figura de la cooperativa, pero nunca a modo individual con los asociados.
Y de hecho, está considerado como una infracción el hecho de que los socios facturen a modo individual los servicios que sean prestados a nombre de la cooperativa, lo que de plano invalida esa exigencia de ser autónomos.
Sí es cierto que algunos trabajadores de cooperativas antes han sido autónomos, o incluso desarrollan esa parte de su carrera al mismo tiempo que su trabajo en las cooperativas, pero eso no quiere decir directamente que sea un requisito obligatorio para ser miembro, lo cual puede ocasionar la mayoría de los malentendidos.
Pero, lamentablemente, hay que hablar de uno de los detalles actuales en torno a las denominadas cooperativas.
Una práctica habitual de las falsas cooperativas (sobre las que ahondaremos seguramente en su momento) es solicitar a sus socios la tenencia de tarjetas de transporte y estar dados de alta como autónomos, lo que en ese caso no tendría relación con lo que es una cooperativa, sino que la cooperativa o falsa cooperativa estaría actuando como una operadora de arbitraje, poniendo en contacto a clientes con proveedores y potencialmente cobrando algunas cosas por la prestación de “ese servicio.”
El coste de tener estos requisitos
Es una preocupación constante de los transportistas, y todo tiene que ver con que estos requisitos tienen un coste bastante alto, además de necesitar una inversión de tiempo considerable.
Así, tener una capacidad o aval financiera cerca de 60.000 euros es una constante para tener una tarjeta de operador de transporte, que erróneamente es una de las que se solicitan para entrar a otras tantas cooperativas que pululan por allí. Una barrera de entrada muy elevada para cualquier transportista que quiera pertenecer a estas sociedades.
Algo similar ocurre con los autónomos, que aparte de ello tienen que llevar una contabilidad, estar atentos a los movimientos legales y tributarios de su sector, sin que eso sea estrictamente necesario, ya que las cooperativas deberían hacerse cargo de todo ello, dejando a los trabajadores o socios sólo con el deber de prestar los servicios con la máxima calidad posible.
Los requisitos y gastos de ser un socio
En comparación con los costes de emprender por cuenta propia o iniciar una empresa de transportes, ser asociado es una elección más económica, siendo la razón principal de que muchos transportistas o conductores se planteen en un primer término pertenecer a cooperativas como GEVECOOP.
Lo indispensable, en todo caso, es asesorarse bien, preguntar absolutamente todo y comparar ofertas, capacidades, calidades, ya que en ello reside la satisfacción posterior.